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NOS HACEMOS RAROS

NOS HACEMOS RAROS

Menos mal!

Las coincidencias han conseguido que la realidad vuelva a abofetearme en la cara. 

Quizás tenga algo de maravilloso, la gente no deja de sorprenderme. 

El pasado domingo volvía en coche a Madrid desde Almería, donde había pasado el fin de semana. El azar, si existe, quiso que ese fin de semana coincidieran mi vuelta y el Gran Premio de Motociclismo de Jerez. 

 

Cinco horas de viaje en las que no pude dejar de preguntarme qué coño hacían los cientos de personas que me encontraba en cada puente con sus banderas de España.
¿A quién esperaban ver? ¿A Rossi, a Pedrosa o a Lorenzo volviendo a Madrid en su moto por la Nacional IV?

 

Después de innumerables preguntas sin respuestas que bombardeaban mi mente en cada puente por el que pasaba y de cruzar Despeñaperros viendo grupos de gente, por llamarlos de alguna manera, con sus disfraces y sus sillas, adultos saludando con la mano, como retrasados, a las motos que volvían, llegué a una serie de conclusiones:

1.- Estaban allí sólo viendo cómo pasaban las motos.

2.- Cada ser humano decide qué hacer con su tiempo y con su vida.

3.- Me alegro muchísimo de no pertenecer a esos grupos.

4.- Me preocupa lo que podemos esperar de este país, al menos de la media España que atravesé.

 

Me sorprende lo que una cosa tan tonta puede hacerme pensar, creo que a medida que pasan los años dejamos de ver determinadas cosas, consciente o inconscientemente sólo miramos lo que queremos ver, nos quedamos ciegos a otras realidades diferentes a las nuestras, quizás para no herirnos, y a veces el azar te las pone delante porque si no, jamás volverías a verlas, como para decirte algo, como para recordarte la diversidad humana, los extremos entre los que podemos movernos, los intereses tan dispares que podemos tener.

 

Tengo que reconocer que esto que describo no es nuevo, al menos para mí, aunque el tiempo sin duda está acelerando el proceso, ya me pasaba hace años con algún otro asunto: resultados de fútbol, noticias del corazón y muchas otras cosas que no me importan una mierda; existen temas que si no conoces pueden dejarte fuera de un gran número de conversaciones cotidianas, y con ello separarte de un alto porcentaje de la gente con la que te cruzas, sean compañeros de trabajo, familia o cualquier otro conocido, que fuera de esos temas, no dan para más. Bien llevado, esto puede llegar a ser una gran estrategia.

 

Quizás en parte por eso nos vamos separando unos de otros, cada vez tenemos menos conversaciones que compartir, nuestros nexos de unión se desvanecen, nuestros intereses son dispares, nos alejamos del grupo y nos vamos distanciando de la mayoría, lo que a ti te importa me trae absolutamente sin cuidado, mis valores y mis intereses no tienen nada que ver con los tuyos, lo sé, si además son muchos los del otro bando su elección se convierte en lo “normal”, la conclusión es inevitable: cada vez te haces más raro.

 

La madurez, o la edad, trae muchas cosas, entre ellas, el que el hecho de reconocerte cada vez más distinto del resto, no sólo no te preocupe, sino que incluso te tranquilice. Era Marc Twain quien decía: “Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”.

 

Cada día me siento mejor con mis diferencias, no sé cuáles son las tuyas, pero brindo por ellas, por muy raro que te hagan, esas cosas te hacen único, aunque te cueste encontrar por el mundo freakis como tú.

 

La canción es un regalo de Etta James y Dr. John, antiguo y raro… como yo me siento a veces.

davidcru

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